1-Siga mostrándose decente y equitativo.
2-Trabaje más en su carisma y simpatía.
3-Sea más preciso en sus argumentos.
4-No utilice el engaño, pero sea sutil.
5- Desarrolle habilidades directivas.
6 – Separe las emociones de afecto y compromiso, rodéese de los mejores que produzcan resultados.
7-Descubra los motivos ocultos de las personas que se le acercan.
8- Dios no es ni de Perú Libre ni entra en discusiones partidistas, solo su actitud de reverencia y confianza en el Señor lo mantendrá al frente de esta Nación.
Quítese el sombrero, arrodíllese ante el todo poderoso, pídale mucha sabiduría a Dios y aprenda el juego del Poder, le hará falta.